Siglo de aficionados; siglo de blogs
Tomado de HPB (www.rocasantodomingo.blogspot.com )
Microsoft confirma la pujanza de las bitácoras
En el mundo de la informática personal, nos guste o no, la consagración llega cuando Microsoft saca su versión (o compra el original). Así, el triunfo de los blogs no ha sido su adopción como palabra del año, sino el nuevo servicio de Microsoft. Redmond no da puntada sin hilo. Las bitácoras no son pues una anécdota en el desarrollo de Internet, sino una revolución que va a cambiar profundamente el paisaje de la comunicación. Es el principio de la dictadura de los 'amateurs'. Es la revuelta de los entusiastas. Es un cataclismo para las estructuras de la sociedad actual; cataclismo que ni siquiera las más rígidas serán capaces de resistir durante mucho tiempo. Entramos en el siglo de los blogs, en el que los aficionados con voz serán una fuerza irresistible en el desarrollo social y económico.
No hace falta ser un profesional de un campo para saber de ese campo. El conocimiento, la pasión y el dominio de una disciplina no están necesariamente unidos a ganarse la vida con su práctica. A veces quien más sabe no es el que vende sus conocimientos. Hasta ahora hemos considerado que aquellos que unen un título y un contrato a sus servicios son los únicos a escuchar. Carentes de un vehículo para proyectar su sabiduría, los despectivamente conocidos como aficionados se han quedado en los márgenes del mundo de la información, que ha despreciado sus conocimientos hasta el punto de convertir su hermoso nombre ('amateurs', que viene de amantes) en un despectivo.
Los blogs son la venganza de los 'amateurs', la demostración de que ganarse la vida con una profesión no garantiza el monopolio de los conocimientos asociados a ella.
Se puede practicar algo muy parecido al periodismo desde un blog. También algo muy parecido a la política. El márketing no va a volver a ser el mismo, y la publicidad está siendo literalmente destripada por la Red. El cine, la literatura y otras artes son practicadas por gentes sin carné. Todas las profesiones que tienen como principal producción la información en una u otra forma están reculando ante el impacto.
Y luego vienen las demás. Porque es cierto que uno no debería tratarse una enfermedad con consejos recibidos de un blog, o reparar los cimientos de su casa con un método del que no conoce las garantías. Pero si usted piensa que su profesión es inmune al impacto de los 'amateurs' porque exige presencia física y además una garantía profesional, mejor vuelva a pensar.
Por supuesto que ninguna persona razonable va a permitir que un blog le trate su enfermedad, pero eso no le va a impedir utilizar la información que encuentre para criticar a su médico. O para buscar a otro médico, si el tratamiento no le gusta tras leer las historias de pacientes en casos similares.
Bienvenidos a la era de los pacientes impacientes; gentes que se informan, que comparan, que no se conforman, que exigen explicaciones, e información, y que no soportan el ordeno y mando porquelodigoyo de un médico. O de un arquitecto. O de un abogado.
Gentes que tal vez leen blogs escritos por personas con licenciaturas en medicina, arquitectura o derecho pero que no practican la profesión por lo que no tiene intereses creados; o por personas que practicaron la profesión pero ya no lo hacen, aunque la siguen amando, y pueden poner su experiencia a disposición del público.
Personas que no son en el sentido verdadero 'profesionales', sino que son 'amateurs'; practicantes de su arte por amor y no por dinero. Personas que encuentran en los blogs el cauce idóneo para proyectar su sabiduría no comercial.
El fenómeno blog crece por momentos. Cada vez hay más aficionados ahí fuera criticando, ampliando, comentando, complementando, empujando a los profesionales. Si desea usted seguir siendo profesional, más le vale aprender a cabalgar esta ola, porque se le viene encima. Todas las profesiones se van a ver afectadas, desde el comerciante al militar. Aprenda usted a sobrevivir a Internet, a los blogs y a los 'amateurs'.
Aprenda a usar estos recursos a su favor, a tratar a sus pacientes (o clientes) como si fuesen personas con capacidades críticas y no como números obedientes; aprenda a explicar, a convencer, a razonar. O la Red se lo llevará a usted por delante. Empieza el siglo de los blogs.
Microsoft confirma la pujanza de las bitácoras
En el mundo de la informática personal, nos guste o no, la consagración llega cuando Microsoft saca su versión (o compra el original). Así, el triunfo de los blogs no ha sido su adopción como palabra del año, sino el nuevo servicio de Microsoft. Redmond no da puntada sin hilo. Las bitácoras no son pues una anécdota en el desarrollo de Internet, sino una revolución que va a cambiar profundamente el paisaje de la comunicación. Es el principio de la dictadura de los 'amateurs'. Es la revuelta de los entusiastas. Es un cataclismo para las estructuras de la sociedad actual; cataclismo que ni siquiera las más rígidas serán capaces de resistir durante mucho tiempo. Entramos en el siglo de los blogs, en el que los aficionados con voz serán una fuerza irresistible en el desarrollo social y económico.
No hace falta ser un profesional de un campo para saber de ese campo. El conocimiento, la pasión y el dominio de una disciplina no están necesariamente unidos a ganarse la vida con su práctica. A veces quien más sabe no es el que vende sus conocimientos. Hasta ahora hemos considerado que aquellos que unen un título y un contrato a sus servicios son los únicos a escuchar. Carentes de un vehículo para proyectar su sabiduría, los despectivamente conocidos como aficionados se han quedado en los márgenes del mundo de la información, que ha despreciado sus conocimientos hasta el punto de convertir su hermoso nombre ('amateurs', que viene de amantes) en un despectivo.
Los blogs son la venganza de los 'amateurs', la demostración de que ganarse la vida con una profesión no garantiza el monopolio de los conocimientos asociados a ella.
Se puede practicar algo muy parecido al periodismo desde un blog. También algo muy parecido a la política. El márketing no va a volver a ser el mismo, y la publicidad está siendo literalmente destripada por la Red. El cine, la literatura y otras artes son practicadas por gentes sin carné. Todas las profesiones que tienen como principal producción la información en una u otra forma están reculando ante el impacto.
Y luego vienen las demás. Porque es cierto que uno no debería tratarse una enfermedad con consejos recibidos de un blog, o reparar los cimientos de su casa con un método del que no conoce las garantías. Pero si usted piensa que su profesión es inmune al impacto de los 'amateurs' porque exige presencia física y además una garantía profesional, mejor vuelva a pensar.
Por supuesto que ninguna persona razonable va a permitir que un blog le trate su enfermedad, pero eso no le va a impedir utilizar la información que encuentre para criticar a su médico. O para buscar a otro médico, si el tratamiento no le gusta tras leer las historias de pacientes en casos similares.
Bienvenidos a la era de los pacientes impacientes; gentes que se informan, que comparan, que no se conforman, que exigen explicaciones, e información, y que no soportan el ordeno y mando porquelodigoyo de un médico. O de un arquitecto. O de un abogado.
Gentes que tal vez leen blogs escritos por personas con licenciaturas en medicina, arquitectura o derecho pero que no practican la profesión por lo que no tiene intereses creados; o por personas que practicaron la profesión pero ya no lo hacen, aunque la siguen amando, y pueden poner su experiencia a disposición del público.
Personas que no son en el sentido verdadero 'profesionales', sino que son 'amateurs'; practicantes de su arte por amor y no por dinero. Personas que encuentran en los blogs el cauce idóneo para proyectar su sabiduría no comercial.
El fenómeno blog crece por momentos. Cada vez hay más aficionados ahí fuera criticando, ampliando, comentando, complementando, empujando a los profesionales. Si desea usted seguir siendo profesional, más le vale aprender a cabalgar esta ola, porque se le viene encima. Todas las profesiones se van a ver afectadas, desde el comerciante al militar. Aprenda usted a sobrevivir a Internet, a los blogs y a los 'amateurs'.
Aprenda a usar estos recursos a su favor, a tratar a sus pacientes (o clientes) como si fuesen personas con capacidades críticas y no como números obedientes; aprenda a explicar, a convencer, a razonar. O la Red se lo llevará a usted por delante. Empieza el siglo de los blogs.
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